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49 Cervantino 2021 cuenta atrás

Programa del 49 Festival Internacional Cervantino 2021

sábado, 23 de abril de 2016

#400CERVANTES y 44 Festival Internacional Cervantino 2016






6 meses con más de 1500 eventos para conmemorar a Cervantes
Convirtiendo el canal 22.2 de TV abierta en canal Cervantino
Con una Convocatoria para el concurso "Cervantes en Rap"
y concluirá de forma espectacular en el 44 Cervantino que ahora durara 25 días y tiene como invitados especiales a España y Jalisco con el lema "De la Locura al Idealismo"
del 30 de septiembre al 23 de octubre en Guanajuato






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CERVANTES EN MÉXICO


El 19 de abril de 1616 Miguel de Cervantes escribe en la
dedicatoria de Los trabajos de Persiles y Segismunda, a su
mecenas don Pedro Fernández de Castro:
Puesto ya el pie en el estribo,
con las ansias de la muerte,
gran Señor, ésta te escribo.

Como lo explica el mismo autor, un día antes había recibido
la extremaunción. La hidrocefalia terminaba con las horas de
el Manco de Lepanto, quien resignado advierte que “si está
decretado que la haya de perder (la vida), cúmplase la voluntad
de los cielos”. Tres días después, el viernes 22 de abril,
muere Cervantes dejando una vasta obra compuesta por novelas,
piezas teatrales y poemas. Se lleva “en el alma ciertas
reliquias y asomos de las Semanas del jardín, y del famoso
Bernardo”, como escribió en esa misma dedicatoria.
Si bien la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha, eclipsa por su fama y monumentalidad toda la obra
cervantina, ésta no desmerece en gracia y talento. Por el
contrario: integra un robusto corpus literario que bastaría
para otorgarle al complutense, un sitio en la historia de la
literatura castellana y universal.

A cuatro siglos de la muerte de Cervantes, la Secretaría
de Cultura y el Festival Internacional Cervantino rinden un
homenaje al autor cuya obra dio origen al festival cultural
que ahora se presenta como el más importante de América
Latina, en su cuadragésima cuarta edición. Los Entremeses
Cervantinos, que a partir de 1953 comenzó a montar el maestro
Enrique Ruelas con los estudiantes de la Universidad
de Guanajuato en la plazuela de San Roque de la ciudad
minera del Bajío mexicano, fueron el germen de este encuentro
que desde 1972 se ha mantenido como un espacio
para mostrar a los mejores artistas y compañías del orbe.
Cervantes 400 será espacio para revisar, desde una perspectiva
clásica o contemporánea, piezas de Miguel de Cervantes
Saavedra. El Quijote tendrá un sitio especial con la
presentación de una selección de óperas, obras musicales,
cinematográficas, plásticas y escénicas inspiradas en el
Caballero de la Triste Figura que, despojado de su armadura,
respondía al nombre de Alonso Quijano.

Más que una conmemoración, Cervantes 400 es un acto
de justicia y memoria. Es la manera en que la Secretaría de
Cultura y el Festival Internacional Cervantino mantienen viva
la obra del más grande escritor en lengua castellana.


Rafael Tovar y de Teresa
Secretario de Cultura




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CERVANTES VIVO


Cuatrocientos años desde la muerte de Miguel de Cervantes
Saavedra, ‘el mayor escritor de la lengua española’. Es fácil
decirlo. Repetirlo hasta el cansancio. Editar una y mil veces
el Quijote. Volverlo obligatorio —o no— en las escuelas. Hacer
ediciones populares, reducidas, traducidas al español
moderno. Repetir a los niños y a los jóvenes, una y otra vez,
hasta el cansancio —de ellos y nosotros— que deben leer a
Cervantes. O cuando menos el Quijote. No cada verano, como
presumía Carlos Fuentes: al menos una vez en sus vidas. Por
lo general, en vano.

Lo que hace más difícil la empresa es que la rimbombante
y esclerótica frase promocional —‘el mayor escritor de la
lengua española’— es cierta. Pero debemos recordar que los
clásicos no siempre lo fueron. Y que, si se convirtieron en
clásicos —es decir, en autores que han resistido mejor que
la mayoría el paso de los siglos— es porque en sus obras
había una revelación de lo humano capaz de sobreponerse a
los prejuicios, los vaivenes, las modas, los errores y los humores
de cada época. A la hora de conmemorar el cuarto
centenario de la muerte de Cervantes se impone, pues,
tratarlo como si no fuera un clásico. Como si El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha fuese una novedad en las
librerías. Como si no todos creyésemos, como apuntaba Borges,
que hemos leído el Quijote aunque nunca hayamos
abierto sus páginas.

México es el país con mayor número de hispanohablantes
en el mundo. No es, sin embargo, la mera condición numérica
la que nos otorga el privilegio de organizar este año la
mayor celebración en el mundo de la obra de Cervantes —y
de aprovechar la ocasión para estudiarla y, de paso, hurgar
en la vida de su autor—, sino la vocación cervantina y quijotesca
del país, y en particular de Guanajuato, Capital Cervantina
de América, así como el de tantos artistas, académicos
y escritores por desempolvarlo en esta orilla del Atlántico a
la que su autor soñó con viajar sin que las autoridades peninsulares
le concedieran el privilegio.

La Secretaría de Cultura de México, el gobierno del Estado
de Guanajuato y el Festival Internacional Cervantino, el
más importante de América Latina, han organizado así casi
novecientas actividades, centradas en torno al 23 de abril y
luego todo el mes de octubre, con el objetivo central de presentar
un Cervantes vivo y un Quijote —y un Sancho y una
Dulcinea— en verdad andantes.

Además de presentar la obra dramática completa de
Miguel de Cervantes, en puestas que combinan la tradición
clásica del Teatro Universitario de Guanajuato —presente en
la ciudad desde hace 64 años— o de la Compañía Nacional de
Teatro de México, dirigida por Luis de Tavira, con la perspectiva
novedosa del español José Luis Gómez para el Teatro de
la Abadía de Madrid, o la mirada irreverente y fresca de una
decena de jóvenes directores de escena mexicanos que se
han sumado al proyecto Cervantes off.

Si don Miguel es un clásico al que debemos leer como un
contemporáneo, es porque a lo largo de 400 años ha inspirado
a cientos de artistas distintos en todas las disciplinas y
países imaginables. Durante los 22 días del Festival Cervantino,
se presentarán decenas de adaptaciones, versiones y
deformaciones de sus obras en el ámbito de la ópera, la música
de concierto, el jazz, el teatro, la danza, las artes plásticas,
el cine… e incluso el rap. La mayor parte de ellas son
estrenos en México; muchas, estrenos en América, y otras
tantos estrenos mundiales, en particular de comisiones realizadas
por el propio Festival.

Así, tendremos Quijotes, Sanchos y Dulcineas de Purcell
—uno de los primeros—, Telemann, Boismortier, Martini,
Salieri, Ravel, Ibert, Rubinstein, Strauss, Minkus, Cann,
López Tarso, Valdés Kuri, por mencionar solo algunos: una
multitud de Quijotes que van de China a Sonora y de España
a Jalisco: país y estado invitados en esta edición del Festival.
Pero no solo de Quijotes está hecho Cervantes: también revisitaremos
Persiles y Segismunda o las Novelas ejemplares,
escucharemos música de su tiempo —y presentaremos el
Réquiem para Cervantes, de Mateo Romero— y dejaremos
que una treintena de los mayores especialistas del mundo
discutan en torno a la relación de éste con las artes en el
marco del xxvi Coloquio Internacional Cervantino, que por
única ocasión se ha sumado al Festival para hacer esta cita
aún más relevante.

Ningún español, ningún extranjero y muy pocos mexicanos
que no sean de Guanajuato me creen cuando les digo que
la tumba de don Quijote —sí, la de don Quijote, no la de Cervantes,
perseguida en vano— se halla en Guanajuato. Y es
cierto: allí está, al lado del monumental Teatro Juárez, luego
de que una edición especial fuese solemnemente enterrada
allí con una placa que dice: “Quien afirme que Don Quijote
está en esta tierra enterrado, jamás mentirá”. No podía ser
en otro lugar donde se celebrase con mayor amplitud, rigor
y libertad creativa a Miguel de Cervantes.



Dr. Jorge Volpi
Director General del Festival Internacional Cervantino



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